Todo lo que nuestro cuerpo hace y a lo que no solemos prestar una gran atención ya que se realiza de forma involuntaria, es controlado y coordinado por el Sistema Nervioso Autónomo. Esta perfecta organización de nervios y neuronas está subdividida en Sistema Nervioso Simpático y Sistema Nervioso Parasimpático. Ambos se encargan de mantener un equilibrio en nuestro cuerpo.
El Sistema Nervioso Simpático es el responsable de poner nuestro cuerpo en una situación de alerta, generando en nuestro organismo estímulos que nos producen estrés y/o agitación. Es por eso que podemos sentir como nuestra frecuencia cardiaca se acelera o nuestras vías respiratorias se abren para aumentar el nivel de oxígeno en sangre.
El sistema nervioso Parasimpático, por el contrario, es el que dirige a nuestro cuerpo a un estado de tranquilidad y devuelve a todos los órganos activados anteriormente a su estado natural. Es el responsable de la disminución de la frecuencia cardiaca o la estimulación del proceso digestivo.
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